

MI HISTORIA
Me considero alguien a quien le gusta profundizar para comprender las cosas. Tras terminar la carrera de Bellas Artes, dejé España para explorar el mundo. Con 24 años, decidí ir al campo de refugiados de Idomeni, situado en la frontera entre Grecia y Macedonia, para comprender si las fronteras eran realmente necesarias en la sociedad. Pasé seis meses inmersa en un proyecto colectivo autogestionado, observando mucho sufrimiento humano (Aid Delivery Mission).
Al regresar, traje de vuelta un TEPT (Trastorno de estrés postraumático) que perduró durante años, aunque no fui plenamente consciente de ello durante mucho tiempo. El trauma despertó en mí una pasión por el activismo y los derechos humanos, pero también me distanció de muchas personas que amaba.
Al mirar atrás, me doy cuenta de que el trauma puede ser algo bastante peculiar. Durante mucho tiempo, no me atreví a llamarlo trauma, pues sentía que mi sufrimiento era insignificante comparado con las experiencias de las personas que conocí que venían de zonas de guerra. Esto me hizo darme cuenta de la frecuencia con la que subestimamos nuestro propio sufrimiento.
Durante los últimos años, he trabajado en albergues para refugiados y personas sin hogar, y cada persona que conocí no hizo más que ahondar mi curiosidad por la naturaleza humana. Completé un Postgrado y un Máster de tres años en Arteterapia y Proyectos Comunitarios en la Escuela Metàfora de Barcelona.
En este momento soy miembro de la ATE (Asociación de Artetereapeutas) y tengo mi consulta privada en Madrid, además trabajo facilitando dos grupos de arteterapia en LaKoma, dirigidos a personas en proceso de desintoxicación mientras estudio Psicología.
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